A medida que el calendario de un nuevo año se estrena con el pasar de los días del primer mes nuevas actividades se van concretizando a partir de los “sueños” de los miembros del Equipo, retornando de esta manera a nuestras labores y servicio organizados a favor de quienes recurran a Puente de Solidaridad.

Reabrir nuestras puertas fue también reabrir la esperanza para aquellas personas que tienen serias limitaciones económicas, para sostener la vida de un ser querido aquejado por problemas de salud.

Estar nuevamente activos en nuestra labor ha sido también reconocer que las enfermedades no esperan y no piden permiso, así palpamos día a día cuán importante es  sostener  nuestro servicio a favor de quienes “necesitan una mano”;  asumimos nuestro rol de ser un puente canalizador de recursos e insumos médicos; pero ante todo de esperanza, de fe, pues en nuestro servicio sentimos que acogemos a los distintos rostros de Dios que llegan a Puente de Solidaridad,  como manifiesta este pensamiento de San Pío de Pieltrecina:

“En todo pobre está Jesús agonizante; en todo enfermo está Jesús sufriente; en todo enfermo pobre está Jesús dos veces presente”.

Es bajo esta lógica inspiradora que nos invita a no cesar de ser un servicio comprometido de manera integral con la salud y la calidad de vida del ser humano. Nos reencontramos con el espíritu y las energías renovadas, con la convicción de un compromiso de trabajo por un mundo más humano.