El amor al prójimo se deriva necesariamente del amor de Dios y no puede haber verdadero amor de Dios sin el prójimo; a la hora de la verdad la religión se convierte en realidad cuando uno dice que ama a Dios y ama a su prójimo. Esto quedó plasmado en cada una de las atenciones quirúrgicas que se fueron realizando dentro de la Misión de Cirugía General llevada a cabo la semana pasada en el Hospital “San Juan de Dios” de la ciudad de Santa Cruz.

 

Los médicos de nuestra organización hermana “Solidarity Bridge” de los Estados Unidos, nos demostraron una vez más que el amor genuino al prójimo se expresa en los hechos, y no sólo con palabras. Se expresa a través de lo que uno realmente hace en la vida, el profesionalismo, la dedicación y esmero con el cual se atendió a cada paciente es prueba de ello y la fe puesta en la realización de cada cirugía nos hicieron notar la grandeza de Nuestro Padre Celestial, quien obró a través de los médicos,  para que esta misión conlleve el éxito a una vida con calidad de vida y salud en cada uno de los pacientes.

La solidaridad primante no solo fue demostrada hacia nuestros pacientes, sino también hacia los médicos, residentes y estudiantes locales, pues los médicos misioneros tuvieron la oportunidad de poder compartir sus conocimientos en espacios académicos que hicieron que  esta misión llevada a cabo por segunda vez tenga un valor científico y académico pues dentro de sus alcances esta misión también trae consigo la oportunidad de poder actualizar conocimientos ante las técnicas modernas de la especialidad.

Así la Misión de Cirugía General se fue desarrollando y tuvo la oportunidad de atender a 19 pacientes de escasos recursos en diversas patologías como: colon, acalasia, vesícula y hernia,  mediante cirugías laparoscópicas. Estos pacientes fueron derivados de los hospitales de segundo nivel y otros fueron captados por el servicio de cirugía del Hospital “San Juan de Dios”.

Quedan algunos pacientes más que se atienden por medio de los cirujanos de este Recinto Hospitalario y que serán apoyados por la Fundación, estamos seguros que pronto estarán volviendo a casa y gozaran de buena salud.

«Gracias, Señor, porque aun nuestra tarea profana es un gesto tuyo. Para hallarte no hay que retirarse en el egoísmo; por el contrario, hay que sumergirse más en las cosas, hasta lo más profundo: exprimirlas hasta que gotee tu presencia». (Luis Espinal, sj: Oraciones a quemarropa).